Lograr la igualdad de género es un desafío cotidiano que puede plasmarse a través de diversas metáforas, como "un largo camino", o "equilibrar la balanza". ¿Y "escalar una montaña"? La iniciativa Equal Playing Field (EPF) adoptó esta analogía en particular y la hizo realidad. Un valiente grupo de mujeres escaló el techo de África, el Kilimanjaro, situado en Tanzania, y disputó allí un partido de fútbol a la mayor altitud registrada en la historia del deporte rey.

"No hay igualdad de condiciones", afirma Lara Youngson, cofundadora de EPF. "Queremos usar la escalada para poner de relieve las desigualdades en materia de género a las que han de hacer frente las mujeres hoy en día en el deporte. Las mujeres tienen menos oportunidades para practicar deporte, se les paga menos cuando lo hacen y no disfrutan de la misma cobertura ni del mismo respeto por parte de los medios. No quiero seguir teniendo este mismo debate con mis futuros hijos".

El objetivo era celebrar el partido en el aire enrarecido de la cima, donde la falta de oxígeno dificulta en extremo cualquier tipo de actividad, para sensibilizar sobre la igualdad de género en todo el mundo. El equipo estaba compuesto por exinternacionales y exjugadoras de todo el planeta con cientos de convocatorias a sus espaldas entre todas.

El 24 de junio, este grupo de mujeres provenientes de más de 20 países disputó los 90 minutos de juego en el cráter del Kilimanjaro, a una altitud de 5.729 metros. Un duelo apasionante, supervisado por árbitras de la FIFA, que terminó en empate 0-0 gracias al buen hacer de las guardametas.

"Estamos entusiasmadas de haber hecho historia", afirmaba Youngson tras el choque. "El encuentro, con el aire enrarecido y después de cinco horas de ascensión, fue uno de los retos más difíciles de mi vida. Sin embargo, el compañerismo reinante fue increíble y fue un placer jugar juntas".

A pesar de lo extraordinario de la hazaña, la escalada es tan solo el primer paso de un largo recorrido para la iniciativa. "Esto es solo el comienzo", explica Erin Blankenship, cofundadora de EPF. "Queremos que todas las niñas tengan la oportunidad de practicar este gran deporte y estamos ansiosas por ver lo que Equal Playing Field consigue en el futuro. Lo siguiente será una serie de clases prácticas de fútbol en varios países a lo largo de los próximos dos años, en vísperas de la Copa Mundial Femenina Francia 2019".

Estas clases prácticas y campamentos de entrenamiento se impartirán en un total de 15 países. Se espera que se beneficien del proyecto nada menos que 1.500 niñas y mujeres. La intención es proporcionarles referentes femeninos positivos y la posibilidad de jugar al fútbol. Aunque para la próxima generación lo mejor sería, sin duda, que no hiciese falta culminar una gesta de estas proporciones para lograr la verdadera igualdad de género.

Lograr un récord mundial por la disputa de un partido de fútbol a la mayor altitud de siempre no es donde termina esta historia. Descubre más aquí...

(Algunas de) las integrantes del equipo Lori Lindsey, mediocampista, exinternacional con Estados Unidos. Disputó la Copa Mundial Femenina 2011 y fue oro olímpico en Londres 2012. Rachel Unitt, disputó las Copas Mundiales Femeninas de 2007 y 2011, y suma más de 100 convocatorias con Inglaterra. Hajar Abulfazl, internacional afgana, actualmente entrena a la selección sub-19. Zahra Mahmoodi, capitana de Afganistán. Portia Modise, máxima anotadora de Sudáfrica (más de 100 dianas). Jacqui Hurford (de soltera Melksham), árbitra australiana (ofició el partido inaugural de la Copa Mundial Femenina 2011). Sandrine Dusang, casi 50 convocatorias con Francia, cinco títulos de la liga francesa, ganadora de la Liga de Campeones Femenina de la UEFA, juega con el FCF Juvisy Essone. Petra Landers, formó parte de la primera selección femenina de Alemania. Esraa Awad, jugadora egipcia del año en 2010. Mónica González, 83 convocatorias con México. Sasha Andrews, canadiense, disputó la Copa Mundial Femenina 2003.