En julio de 2013, una generación de Bleuets se hizo famosa ante el mundo entero. Figuras en ciernes como Paul Pogba, Samuel Umtiti, Geoffrey Kondogbia o Alphonse Areola dieron a Francia su primer título de una Copa Mundial Sub-20 de la FIFA en Turquía. Cuatro años después, otro grupo de jóvenes franceses que ya gozan de una carrera floreciente esperan imitarlos en tierras coreanas.

"Esta generación del 97 es muy talentosa", confirma a FIFA.com su seleccionador, Ludovic Batelli. "Valoro mi suerte por tener a estos jugadores a mi disposición y por haber podido también integrar progresivamente a los más jóvenes de forma anticipada, por su madurez y su talento. Estoy pensando en Kylian Mbappé, pero también en Christ Maouassa".

"Es un privilegio poder entrenar a jugadores de esta calidad y esta mentalidad", continúa el ex guardameta profesional. "Gracias a su gran talento, la mayoría han jugado rápidamente al máximo nivel en sus clubes. Además, gracias un poco a sus historias personales, se pudo escribir nuestra historia colectiva en el Europeo con el final feliz que todo el mundo conoce".

En efecto, los **Bleuets encaran la Copa Mundial Sub-20 de la FIFA República de Corea 2017 tras haberse coronado campeones en el pasado Campeonato de Europa Sub-19. Francia impresionó durante todo el certamen, antes de poner el broche de oro en la final: una victoria por 4-0 contra una Italia que sólo había encajado tres goles hasta entonces.

"Sé que nos van a colocar la etiqueta de favoritos como campeones de Europa. No creo que lo seamos, pero eso no quita que tengamos ambición: ¡queremos llegar muy lejos!", subraya Batelli. "Difícilmente puede decirse que somos favoritos cuando nos faltan cinco o seis jugadores importantes".

Entusiasmo y calidad, pese a todoSi Batelli se muestra prudente, es porque, efectivamente, le falta gran parte de la flor y nata de su plantilla. Su equipo tomó el avión a Corea sin Ousmane Dembélé, Kylian Mbappé, Maxime Lopez, Theo Hernández o Christ Maouassa. "Habría sido una verdadera plusvalía tenerlos, pero lo que me frustra sobre todo es desde un punto de vista colectivo. Para que un colectivo esté bien rodado, hace falta mucho tiempo", lamenta Batelli.

"Vamos a incorporar a buenos jugadores; eso no me preocupa", precisa el técnico galo. "El problema está en el aspecto colectivo, y también en la vida en grupo. Tuve dos años para moldear mi grupo con vistas al Europeo sub-19. En dos años, se tiene tiempo para trabajar los automatismos. Ahora, con todas estas ausencias, en tan poco tiempo, va a ser un poco más complicado".

Aun así, eso no impide que estos Bleuets desprendan un dulce aroma a éxito. Con chavales de la categoría de Christopher Nkunku, Lucas Tousart, Jean-Kevin Augustin o Issia Diop (todos curtidos ya en la primera división francesa), hay material para, pese a todo, marchar al combate con ilusión y entusiasmo. "Tenemos otro grupo, con otros argumentos. Con otra forma de hacerle vivir, y tal vez también otra forma de hacerle jugar. Lo que está claro es que hay calidad", concede Batelli.

En cualquier caso, tampoco cabe duda de que la andadura de los jóvenes franceses no será ningún camino de rosas. "Cierto es que no hay nombres rimbombantes del fútbol mundial entre las selecciones de nuestro grupo, pero en todos los Mundiales sub-17 y sub-20, siempre ha habido sorpresas. Seamos prudentes. Honduras, por ejemplo, es una de esas selecciones con un perfil del que no hay que fiarse", avisa Batelli.

Precisamente, los Catrachos serán el rival de Francia en su debut. Este lunes 22 de mayo, en Cheonan, sabremos si los Bleuets aspiran realmente a reverdecer laureles.