Campeona de Liga, internacional con la selección española y ejemplo de superación. Eunate Arraiza, defensora del Athletic Club desde hace siete temporadas, es una de las mejores laterales zurdas de España. Es también la única jugadora profesional de la primera división con una discapacidad auditiva.

“Cuando tenía dos años, mis padres se dieron cuenta de que cuando me llamaban no les atendía y me llevaron al médico. Me diagnosticaron una hipoacusia bilateral profunda. No sabemos si fue de nacimiento o no”, nos explica Eunate.

La sordera no impidió que con 8 años empezase a jugar al fútbol sala en Barañáin (Navarra), y pelotease a todas horas con los amigos de su pueblo, Biurrun, contagiada por la pasión por el fútbol de su padre. Su calidad no pasó desapercibida y en 2012 el Athletic Club se hizo con sus servicios.

“Lo que más me cuesta, tanto en entrenamientos como en partidos, es cuando mis compañeras me hablan de espaldas. Oigo que me hablan, pero me cuesta mucho captar la información que me están dando”.

Ha tenido que esforzarse el triple, como ella misma dice, porque además de compaginar fútbol y estudios, también tuvo que sacar tiempo para los médicos. Varias operaciones, un implante coclear, un pequeño audífono y muchas horas con logopedas le ayudaron a desafiar a la discapacidad. Hoy tiene un 30% de capacidad auditiva.

“Antes de cada partido, la delegada de mi equipo avisa a las árbitras de mi problema y les explica que llevo un pequeño aparato en la oreja. Oigo perfectamente cuando pita la árbitra, y si mis compañeras me hablan a la cara también les oigo”, puntualiza.

Admiradora de Lionel Messi e Irene Paredes, con quien compartió vestuario durante cuatro años, Eunate sueña con volver a ganar un título con su club, ya que el recuerdo de la victoria en la Liga en 2016, y la celebración multitudinaria con la afición es “el mejor momento” de su carrera deportiva.

Otro punto culminante fue la llamada de la selección. La defensora de 27 años debutó con la Roja en la victoria por 6-0 ante Israel, en la fase de clasificación para la Copa Mundial Femenina de la FIFA Francia 2019, en octubre de 2017.

“La experiencia de poder entrenar y jugar con la selección femenina absoluta fue increíble. Fue un premio. Me hizo muchísima ilusión”, reconoce. “Mi sueño hoy en día, además de seguir ganando títulos con mi equipo, sería poder jugar un Mundial. Para eso hay que seguir trabajando y luchando”.

Ella es el ejemplo de que, con esfuerzo, los sueños se pueden hacer realidad. Y este es su mensaje:

“No hay nada imposible. A base de trabajo, sacrificio y esfuerzo, tarde o temprano los éxitos y los resultados llegarán, tanto a nivel futbolístico como en la vida en general. Mi consejo para las niñas que sueñan es que disfruten con lo que más les gusta, que nunca dejen de luchar. En esta vida nadie te va regalar nada, hay que luchar. Y que no dejen los estudios de lado, ya que es importante formarse para el futuro”.