viernes 21 agosto 2020, 07:00

El gran corazón futbolístico de las pequeñas Islas Feroe

  • Llueve una media de 300 días al año

  • En Islas Feroe hay más ovejas que habitantes

  • Supone todo un reto incluso para los más aventureros del fútbol

"Yo me conformo con que no llueva y no haga mucho viento", reconoce en su entrevista con FIFA.com Kevin Schindler, segundo entrenador del HB Tórshavn, club de la capital y equipo más laureado del país. A principios de año, el exfutbolista del Werder Bremen e internacional con las categorías inferiores de Alemania, inició su nueva aventura en la agreste naturaleza de Islas Feroe, donde llueve una media de 300 días al año.

Este archipiélago de 18 islas azotadas por el viento, situado en el Atlántico Norte, es un país semiautónomo que pertenece al Reino de Dinamarca. Su liga, la Betri Deildin, fue una de las primeras competiciones europeas en arrancar tras la crisis del coronavirus. Diez equipos pelean por el título y se enfrentan tres veces entre sí cada temporada.

"Para ir a jugar contra algunos rivales tenemos que viajar dos horas en ferry, lo cual es toda una experiencia", explica Schindler, quien, además de en Alemania, también jugó en el FC Cincinnati estadounidense y en el SC Cambuur neerlandés.

Como la actividad apenas se había reanudado en ningún otro país y los aficionados estaban sedientos de fútbol, la primera división de Islas Feroe experimentó un importante aumento repentino en las audiencias televisivas. "La atención mediática pasó a ser enorme. Yo nunca había recibido tantas peticiones para hacer entrevistas".

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Apenas hay ovejas negras

Ull er foroya gull ("la lana es el oro de las Feroe"). Así reza un viejo dicho de un país en el que las más de 80.000 ovejas superan claramente en número a sus 50.000 habitantes. No es de extrañar, por tanto, que también se las denomine "las islas de las ovejas".

En cualquier caso, Islas Feroe no es solamente un destino atractivo para los amantes de la naturaleza, la ornitología o la fotografía. Los éxitos deportivos de estos últimos años han conseguido que Islas Feroe se haya convertido en un rival a tener en cuenta en el fútbol internacional, lo cual ha atraído también a futbolistas y entrenadores extranjeros.

Esto se debe, principalmente, a la dedicación, la ambición y la disciplina de sus habitantes. Y es que, pese a que el clima no siempre sea el mejor para jugar al fútbol, su motivación por el fútbol es inmensa.

"Aquí todos están muy motivados y siempre quieren entrenar", señala Schindler, de 32 años. Si bien la liga para entre los meses de enero y abril, los entrenamientos no se detienen. Y los jugadores no entrenan en pabellones cubiertos, sino al aire libre, aunque las condiciones meteorológicas pongan a prueba a los entrenadores.

"El problema no es tanto el frío, sino el viento. Complica mucho el montaje de los circuitos de entrenamiento. Cuando estás a punto de terminar de prepararlo, viene una ráfaga de viento y te toca empezar de cero otra vez". Incluso para un trotamundos como Schindler, estas abruptas islas le plantean retos totalmente nuevos. "Pero a los futbolistas de aquí no les importa en absoluto. Da igual que haga viento o llueva, siempre vienen todos a entrenar".

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Medidas excepcionales para condiciones especiales

A causa del viento, la competición tiene una norma especial: en las jugadas a balón parado, un segundo futbolista puede sujetar la pelota, porque hay días en los que es imposible que se quede quieta en el césped. "Sí, es verdad. Existe esa norma. Pero, por suerte, no es algo muy habitual. Por eso, en los entrenamientos, tampoco nos centramos en preparar jugadas especiales para esta manera de ejecutar las faltas", confirma Schindler.

No obstante, la liga aún no está tan desarrollada como para que todos los futbolistas sean profesionales y se dediquen exclusivamente al fútbol. Hay jugadores y entrenadores que sí lo son, pero la mayoría tiene otros trabajos.

"En el equipo hay techadores, pescadores y gente que se dedica a la cría de ovejas o del salmón. Aquí todavía se están construyendo las estructuras, pero vamos por el buen camino y queremos, por encima todo, seguir trabajando con los jóvenes", apunta el preparador.

El hecho de que el HB Tórshavn conserve sus opciones en el clasificatorio para la UEFA Europa League demuestra que Schindler, su equipo y su entorno están haciendo las cosas bien. Ningún equipo de Islas Feroe ha alcanzado hasta ahora la ronda principal de la competición. Por otro lado, el HB Tórshavn mantiene una estrecha colaboración con la federación y el combinado nacional, ya que buena parte de los futbolistas del club representan a la selección, con la que comparten campos de entrenamiento. "Yo lo comparo un poco con el FC Bayern de Múnich en Alemania".

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Siempre dispuestos a dar la sorpresa

Cada vez que juega la selección, el país entero se paraliza. "Aquí hay un enorme sentimiento de orgullo nacional, y los feroeses están muy unidos. Todo el mundo se conoce, y es fantástico vivirlo en primera persona".

La selección masculina de Islas Feroe, que ocupa la 110ª posición en la Clasificación Mundial FIFA/Coca-Cola, debutó oficialmente en 1990. Y lo hizo con un increíble triunfo por 1-0 sobre Austria, una selección que ha llegado a ser semifinalista de la Copa Mundial de la FIFA™. También Alemania, tetracampeona del mundo, se cruzó en su camino rumbo al Mundial de 2018. Pese a que ganaron ambos partidos por 3-0, los alemanes no lo tuvieron nada fácil.

La selección femenina, por su parte, está entre las 100 primeras clasificadas. De hecho, ocupa la 86ª posición del Ranking mundial, y brilló recientemente al alcanzar la ronda principal del clasificatorio para el Mundial de Francia. Allí se enfrentó a las grandes potencias europeas, entre ellas Alemania, bicampeona del mundo, ante la que cayó por un claro 11-0.

Las Islas Feroe tienen fama de conseguir grandes cosas con pocos medios y pocos habitantes, pero derrochan corazón y dedicación. Y aunque la temperatura apenas llega a superar nunca los 15 grados en el archipiélago, el técnico alemán ya se ha acostumbrado. "A mis amigos les suelo mandar selfis con ovejas, y he descubierto en la pesca mi nueva gran afición".