lunes 21 diciembre 2020, 07:50

De la selección alemana a crear la cancha más sostenible del mundo

  • René Adler fue el predecesor de Neuer en el arco alemán

  • Tras colgar los guantes se ha involucrado en el proyecto Project Wings

  • Están construyendo la mayor aldea reciclada del mundo

“Somos responsables de lo que hacemos, pero también de lo que dejamos de hacer”, aseveró en su día el filósofo Voltaire. Puede que René Adler no haya frecuentado a muchos filósofos, pero, tras su retirada del fútbol profesional, el exportero alemán demuestra en esta entrevista que se hace las preguntas esenciales de la vida y que busca un sentido a la existencia humana.

Lejos de limitarse a cruzarse de brazos, Adler es una persona muy activa: empresario, filántropo, comentarista de televisión, estudiante, padre de familia y mucho más. El nuevo proyecto al que se ha entregado en cuerpo y alma se llama Project Wings, una iniciativa que el exinternacional alemán apadrina junto con su mujer. La pasión, determinación y entusiasmo que esta aventura implica se ponen de manifiesto cuando Adler habla de ella. Project Wings es un proyecto que combina la ayuda humanitaria con la protección de la fauna y la naturaleza, y que está haciendo posible la construcción, en la isla indonesia de Sumatra y usando 250 toneladas de residuos plásticos, de la aldea reciclada más grande del mundo, que incluye además el campo de fútbol más sostenible del planeta.

“Trabajar en equipo por un objetivo común es algo que conozco bien de mis tiempos de futbolista, y que además me encanta. En el fútbol, el veredicto sobre el éxito o el fracaso llega a más corto plazo que en el mundo de los negocios, porque se te evalúa todas las semanas. En cualquier caso, ver la repercusión que ha tenido el trabajo que estamos llevar a cabo con Project Wings supone una gran alegría. Es maravilloso constatar los progresos que se van haciendo”, explica.

nqv0xxdunjvtfdek7qs0.jpg

🤔 ¿Qué es Project Wings?

  • Misión: buscamos una manera de hacer las cosas, no una excusa.

  • ¿Qué se está construyendo? La mayor aldea reciclada del mundo con 250 toneladas de residuos plásticos.

  • ¿Dónde? En Sumatra (Indonesia).

  • Más de 70.000 ecoladrillos (botellas de plástico llenas de residuos plásticos que se utilizan como bloques de construcción) acumulados.

  • Más de 20.000 árboles plantados.

Una cancha para los niños de Sumatra

Cuatro jóvenes con espíritu emprendedor se propusieron hace 18 meses hacer del mundo un lugar un poco mejor. Desde entonces, la iniciativa se ha convertido en la organización humanitaria de más rápido crecimiento en Alemania. “Tengo mucho contacto con los fundadores. Su compromiso con la causa y el esfuerzo que le dedican es una auténtica fuente de inspiración. Me recuerda mi época de futbolista. Por supuesto, mi causa era más egoísta, porque estos chicos lo están haciendo por un objetivo mucho más importante: la protección del medio ambiente. Aun así, en cuanto a entusiasmo sí encuentro paralelismos con mi manera de encarar el fútbol, y por eso he querido brindar mi apoyo a Project Wings”, asegura Adler.

Otro paralelismo es que en Sumatra también se están construyendo, entre otras cosas, las instalaciones deportivas más sostenibles del mundo, incluido un campo de fútbol. “Hasta las redes de las porterías están hechas de plástico y son absolutamente sostenibles”, revela entusiasmado nuestro protagonista. “El fútbol siempre ha servido para unir a la gente, como demuestra la FIFA con sus proyectos. Los niños de Sumatra también están deseando jugar al fútbol, pero la mayoría de ellos no tienen la oportunidad de hacerlo. Nosotros les damos esa oportunidad y los alejamos así de las calles y de peligros como la delincuencia o las drogas”, explica.

Con la ayuda de la suegra

Por cierto, el hecho de que Adler haya apoyado el proyecto es más bien una casualidad que hay que agradecer a su suegra, que fue quien oyó hablar de la iniciativa durante una ceremonia de entrega de premios. En cualquier caso, la casualidad y la suerte no son factores a los que Adler haya gustado de encomendarse a lo largo de su carrera, tanto en el terreno de juego como lejos de él.

Una vez colgados los guantes, el exinternacional, que tiene hoy 35 años, sigue recurriendo a expertos de diversos ámbitos para orientarse en su andadura profesional, y actualmente cursa el máster de la UEFA en gestión deportiva junto a exfutbolisitas como Didier Drogba, Andrei Arshavin o Kolo Toure. “Las cosas no son fáciles cuando dejas el fútbol, porque de repente pasas a ser el dueño de tu propia rutina diaria. No está mal, pero también supone un reto. Yo he decidido apostar fuerte por continuar formándome y me he preguntado qué es lo que necesito realmente para ser feliz”, explica.

Con respecto a las lecciones que el fútbol le ha enseñado, Adler revela que “tropecé en numerosas ocasiones, pero aprendí a levantarme siempre, y eso no solo es importante para el deporte, sino para la vida en general: no rendirse nunca, seguir adelante y aprender siempre de los errores”. Cuando echa la vista atrás, Adler todavía lamenta haberse perdido el Mundial de Sudáfrica 2010 por culpa de una lesión en las costillas que le privó de la titularidad y le obligó a dejar paso a Manuel Neuer, que recientemente se coronó Guardameta de la FIFA por quinta vez en los The Best FIFA Football Awards™.

yz4mvqyrfvwam4io0vt4.jpg

La oportunidad perdida

“Me fue muy bien en muchos aspectos. En mi juventud siempre era el mejor y el capitán en mi club y en las categorías inferiores de la selección alemana. No tardé en hacerme con un puesto de titular en la Bundesliga y después también en el combinado absoluto. Quizás me fue demasiado bien. Dejé de recibir orientación psicológica con regularidad. Aunque no lo puedo demostrar, tengo bastante claro que, si hubiese sido más disciplinado en ese aspecto, no me habría lesionado y habría podido jugar el Mundial. Si echo la vista atrás diría que ese fue probablemente el error más doloroso que cometí y del que más aprendí”, rememora.

Ante Neuer, su sustituto de entonces, Adler solo puede quitarse el sombrero. “Este año, Manu se ha merecido con creces el premio al mejor portero del mundo. Hizo una temporada fantástica y se lo ha ganado”, reconoce.

El año que está llegando a su fin ha resultado particularmente difícil para todo el mundo, por lo que no sorprende que Adler nos transmita un deseo de Navidad muy especial. “Si pido algo será probablemente que la vacuna muestre su eficacia rápidamente el próximo año y que superemos la pandemia de COVID-19 y volvamos finalmente a la normalidad. Echo de menos muchas cosas, como viajar”, confiesa.

Y, como dijo también Voltaire, “una cosa está clara: viajar siempre sienta bien”, así que esperemos que el deseo navideño de Adler se haga realidad.