miércoles 07 octubre 2020, 03:20

Cui, con la pasión intacta pese a su delicado corazón

  • Cui Yongmei arbitró en varios torneos de la FIFA, incluido Canadá 2015

  • La china se perdió Francia 2019 por una peligrosa afección cardiaca

  • Hace poco volvió al fútbol como asesora de árbitras tras 606 días ausente

Cui Yongmei ha demostrado que no hay nada en este mundo que pueda privarla de su amor por el arbitraje. Ni siquiera una grave dolencia que puso en serio peligro su vida.

Cui, una de las árbitras más prestigiosas que ha tenido nunca la RP China, fue incluida en la lista de colegiadas anunciada para dirigir los partidos de la Copa Mundial Femenina de la FIFA Francia 2019™. Pero a principios del año pasado, cuando estaba trabajando contra reloj con el fin de prepararse para su segunda gran cita mundialista (ya ejerció como árbitra asistente en Canadá 2015), Cui fue trasladada urgentemente al hospital tras sufrir un inesperado infarto.

Esa afección cardiaca resultó tan sumamente peligrosa que asustó muchísimo a sus familiares y amigos. Pese a ello, a Cui le preocupaban otras cosas tanto o más que su salud. Cuando recuperó la conciencia tras haber estado en coma, lo primero que le preguntó al doctor fue: “¿Puedo seguir con mi labor de árbitra? ¿Estaré en condiciones de acudir al Mundial Femenino?”.

“Eso ocurrió menos de cinco meses antes del Mundial Femenino”, explica a FIFA.com la profesora de educación física de la Universidad de Medicina Tradicional China de Tianjin, de 40 años de edad. “Esperaba poder trabajar en mi segundo Mundial Femenino. Me había pasado tres años entrenándome a tope y viviendo una vida de autodisciplina. Así que, la verdad, no quería dejar escapar la oportunidad y ver que mis esfuerzos habían sido en vano”.

“El médico me pidió que descansara durante al menos tres meses. Pero yo no podía esperar. Apenas nueve días después de haber vuelto a casa desde el hospital, volé a Doha para asistir a un seminario de árbitras para el Mundial Femenino. Luego retomé mi rutina de entrenamientos diaria. Pero de nuevo, el médico me mandó una advertencia: debía sacrificar Francia 2019 por razones de seguridad”, lamenta.

“Por consiguiente, tuve que renunciar a mi trabajo en Francia 2019”, continúa, con la aflicción y la decepción todavía patentes en su voz. “Mis ilusiones de participar en el Mundial Femenino quedaron destrozadas. Pero mis colegas de la FIFA, la AFC y la CFA me animaron, y fui consciente de cuál era la situación a la que debía hacer frente con valentía”.

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La única chica en el club de chicos

Cui, nacida en Tianjin, heredó su pasión por el fútbol de su padre, un hincha acérrimo del equipo de la localidad.

“Mi padre me llevaba a los estadios para ver partidos de fútbol cuando era muy pequeña”, recuerda. “Así es como empezó mi historia de amor con este deporte. De pequeñita, jugaba al fútbol con los chicos del vecindario. Cuando fui a la escuela, seguí jugando al fútbol con equipos de chicos porque no había equipos de chicas”.

De adolescente, Cui se matriculó en la Universidad del Deporte de Tianjin, y no dudó en elegir el fútbol como su asignatura troncal. Fue una decisión que dejó perplejo a su profesor.

“Era la única chica que se especializaba en fútbol; los otros 40 estudiantes eran chicos. Mi profesor de fútbol me pidió que me cambiase a otro deporte porque no podía organizar un equipo de fútbol femenino conmigo como única jugadora. Le supliqué que me permitiese quedarme. Así proseguí con mi desarrollo futbolístico. Jugaba de delantera, y metí muchos goles contra los chicos”, resalta.

La carrera de Cui dio un giro inesperado en su segundo año de universidad cuando Zhao Gong, un renombrado árbitro, pasó a ser su profesor de fútbol. En lugar de animar a Cui a jugar, le aconsejó aprender a arbitrar. Así, inculcó a Cui los conocimientos básicos de arbitraje y la envió a cursos para árbitros.

“Zhao me enseñó a arbitrar porque no quería ver que me lesionase compitiendo contra chicos. Mi interés por el arbitraje creció rápidamente y progresé de forma constante”, recuerda.

El ascenso a la fama de Cui fue meteórico. Se convirtió en árbitra nacional en 2005 y, a los tres años, ya era una árbitra asistente internacional. Se incorporó al equipo de árbitras de la AFC para una serie de competiciones continentales antes de ayudar a dirigir partidos en su primera competición de la FIFA: la Copa Mundial Femenina Sub-20 de la FIFA Japón 2012.

Luego pasó a ejercer como árbitra asistente en Canadá 2015, antes de alcanzar otro hito en su carrera participando en el Torneo Olímpico de Fútbol femenino Río 2016.

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Regreso al fútbol

Aunque su floreciente carrera se terminase de repente, la pasión por el fútbol de Cui permanece intacta, y ha pasado a fijar sus metas en un nuevo papel como asesora de árbitras.

“Tuve que poner fin a regañadientes a mi carrera en el arbitraje. Pero al haber trabajado como árbitra durante los últimos 20 años, espero poder transmitir mis experiencias a una generación más joven. Quiero encontrar un nuevo sitio en el que pueda ayudar a descubrir y a desarrollar árbitras jóvenes”, asevera.

Cui, una persona que siempre deja que sus acciones hablen por ella, emprendió su nueva aventura y hace poco se convirtió en una asesora de árbitras titulada de la CFA. Anunció su regreso al fútbol después de 606 días el mes pasado, para trabajar en su nuevo cometido en la liga femenina china de 2020.

“Mi pasión por el fútbol nunca decae. Puede que haya dejado el arbitraje, pero puedo continuar con mi pasión futbolística en el papel de asesora de árbitras; e incluso mi trabajo en la universidad consiste en enseñar fútbol”, precisa.

“Mi próximo objetivo es convertirme en instructora de árbitros. El pasado julio hice el curso de instructores FUTURO III de la FIFA, y creo que es un trabajo en el que puedo ayudar mejor a las jóvenes árbitras. Por supuesto, siempre hay dificultades cuando pruebas algo nuevo. Pero sean cuales sean los desafíos que afronte, los aceptaré y seguiré adelante”, concluye Cui.