Christine Sinclair, Vivianne Miedema, Marta, Sam Kerr… La lista de goleadoras en la primera jornada del Torneo Olímpico de Fútbol Femenino venía a ser un quién es quién de las más grandes realizadoras de los últimos tiempos. 

Junto a ellas aparecía un nuevo nombre: Barbra Banda. La capitana de Zambia firmó un poderoso triplete contra las ilustres holandesas, campeonas de Europa y subcampeonas en la Copa Mundial Femenina de la FIFA™.

¿Fue algo aislado? Ni mucho menos… Banda dejó muerta este sábado a la defensa de la RP China con un poderío físico excepcional y más remates de primera categoría para apuntarse su segundo hat trick seguido; un logro sin precedentes en la historia del fútbol olímpico femenino. 

Asimismo, Banda ha igualado el tope de 6 goles en una sola edición que estableciera Christine Sinclair en Londres 2012. Todo ello en apenas 180 minutos, y por parte de una poco conocida ariete de 21 años que lidera a una selección ubicada en la 104ª posición mundial, y debutante en un gran campeonato.   

No nos engañemos: Banda ha hecho toda una hazaña. Y no piensa quedarse ahí… “Aspiro a convertirme en la mejor futbolista del mundo”, declaró Banda a FIFA.com minutos después del partido, con la feliz satisfacción por el éxito personal aún patente en su rostro. 

El partido contra China ha dado más relevancia individual a Banda, que fichó por el Shanghai Shengli el año pasado tras un paso por España. La Zambia de Banda iba perdiendo por 1-3 y parecía estar contra las cuerdas en la primera parte, pero el entusiasmo de la joven capitana es contagioso y, a la postre, las Reinas de Cobre tuvieron mala suerte por no llevarse los tres puntos. 

Naturalmente, fue una historia muy diferente a la goleada récord sufrida en la primera jornada (3-10), cuando las debutantes en el certamen pusieron de manifiesto su inexperiencia. “Ha habido mucha mejoría”, subraya Banda. “Pero lo que más queríamos realmente era la victoria. Haber remontado desde tan abajo… Me gusta el espíritu de equipo que tenemos”. 

“Era nuestra primera vez en una gran competición para la mayoría de las chicas, y creo que ahora han adquirido más moral. Sentimos con fuerza que podemos hacer algo en el tercer partido [contra Brasil]. En el siguiente encuentro, queremos los tres puntos”. 

Banda y compañía están trayendo mucha alegría a sus compatriotas. La joven selección zambiana de fútbol aporta 22 de los 30 deportistas que ha mandado a Tokio la nación centroafricana sin salida al mar.  

“Están felices por nuestra actuación”, afirma Banda en relación a las crónicas publicadas en Zambia. “Al fijarse en el equipo que tenemos, saben que estamos haciendo algo grande por nuestro país”. 

Gracias al empate, Zambia sigue viva en la competición, y Banda sigue teniendo ambiciones para Tokio 2020. Otro gol le otorgaría la insospechada condición de ser la máxima goleadora en una sola edición. 

“No he definido la cantidad de goles que marcaré [en Japón]. Solo quiero meter todos los goles que pueda, y quiero aprovechar cada oportunidad que tenga”, asevera. 

“Me siento muy orgullosa de mí misma, y también del equipo, porque sin mis compañeras no puedo marcar. Es bueno hacer historia cuando se presenta la oportunidad, por lo que simplemente tengo que seguir trabajando duro y hacer más historia”, añade Banda. 

“Todavía tengo un largo camino que recorrer [como jugadora]. Simplemente tengo que ser disciplinada”, subraya.  

El seleccionador de Zambia, Bruce Mwape, cree que Zambia está aquí para mantenerse como una potencia del fútbol femenino siempre y cuando disponga de los recursos adecuados. En cuanto a su joven prodigio, Mwape se deshace en elogios hacia su trabajo dentro y fuera del campo.  

“La he visto crecer desde muy abajo. Siempre está aprendiendo, y es una persona que quiere aprender cada día. Su actitud en los entrenamientos es diferente a las demás. Otras jugadoras están aprendiendo de ella. En el futuro produciremos más jugadoras como Barbra Banda”, señala. 

“Algún día me gustaría verla convertirse en una de las grandes jugadoras mundiales, y todos queremos comprobar que nosotros también podemos fabricar estrellas mundiales”, concluye Mwape.