Acudir a la boda de un pariente siempre es una grata experiencia. No obstante, en el caso del internacional afgano Zohib Islam Amiri, una de esas ocasiones dejó un recuerdo más que especial: el enlace de un primo suyo hace quince años fue decisivo para poner en marcha una carrera futbolística que terminaría siendo brillante.

En marzo de 2005 él y sus padres —entonces refugiados en Pakistán— regresaron a la capital de su país, Kabul, para asistir a la boda de un primo. El joven Amiri, que tenía 15 años, era un gran admirador de Cristiano Ronaldo, mientras que su primo jugaba en un club local, el Shoa FC.

“Volviendo la vista atrás, parece que ocurrió ayer mismo”, cuenta a FIFA.com el defensor internacional afgano y del Gokulam Kerala FC, de 30 años. “En la boda también estaba el entrenador de mi primo, yo no lo conocía. Me fui un momento a jugar al fútbol con mi primo, y el entrenador nos vio. Cuando terminamos, se acercó y me preguntó: ‘¿Te interesa venir a nuestro club?’. Y así fue como empecé en el fútbol profesional, siendo un adolescente”.

Aquel fichaje por el Shoa FC llegó de forma inesperada para Amiri, aunque lo que le aguardaba sería todavía más sorprendente. “En mi primer partido con el club, me dieron el dorsal número 9”, cuenta. “Nos estaba viendo alguna gente del cuerpo técnico de la selección. Después del partido, me convocaron para ir a una concentración de la selección nacional”.

“Para un chico de 15 años como yo no era fácil competir contra los mayores en la categoría absoluta. Pero perseveré y por suerte conseguí entrar en la lista previa de 30 hombres, y luego en la definitiva de 23 que iban a representar a nuestro país”.

Fue la culminación de un sueño para Amiri, cuyas ambiciones futbolísticas surgieron durante el periodo del gobierno de los talibanes. “Entonces no había actividades [recreativas] y ni siquiera se permitía ver la televisión”, recuerda. “Lo único que podía hacer era ir al estadio a ver partidos de fútbol”. Fueron tiempos difíciles para nosotros. De niño, únicamente podía disfrutar del día viendo fútbol y jugando con mis amigos del vecindario. Era una época de explosiones de bombas y caos, se vivía al día y no se pensaba en la mañana siguiente”.

A pesar de las adversidades, Amiri siguió jugando al fútbol. Tras refugiarse en Pakistán, se incorporó a un centro de formación juvenil en Karachi. “En aquel período fue cuando empecé a soñar con representar algún día a mi país, aunque no esperaba que fuese a llegar tan rápido”.

Así, la carrera de Amiri en su combinado nacional despegó enseguida. Defendió los colores de Afganistán en el Campeonato de la SAFF (Federación de Fútbol del Sur de Asia) de 2005 y debutó como internacional contra las Maldivas a los 15 años, 9 meses y 18 días, un récord nacional aún vigente.

Ocho años más tarde fue designado capitán del conjunto afgano que compitió en el Campeonato de la SAFF de 2013. Amiri tuvo un papel destacado a lo largo de todo el torneo, guiando a sus compañeros a la conquista de su primer título regional.

“Aquel año alcancé la cumbre de mi carrera, y de mi vida. Cuando supe la noticia [de su nombramiento como capitán] lancé un grito. Representar a mi país ya era un sueño hecho realidad y ser el capitán de la selección, más todavía. Y ganamos el Campeonato de la SAFF de 2013. Ninguna selección afgana lo había conseguido antes, así que nos sentimos tremendamente orgullosos. Hicimos historia”.

Amiri continuaría siendo un puntal de los suyos durante los años posteriores, y acumula ya 52 internacionalidades, cifra a la que no ha llegado nadie más.

En los torneos de clubes ha sido un auténtico pionero, como primer futbolista criado en Afganistán en competir en el extranjero cuando fichó por el Mumbai indio en 2011. Desde entonces se ha labrado un nombre en la India, al militar en diversos clubes y convertirse en un ídolo de los aficionados en su tierra de adopción.

Con cuatro puntos en cinco partidos, Afganistán figura por detrás de Catar y Omán en su grupo de las Eliminatorias a la Copa Mundial de la FIFA Catar 2022. La India y Bangladesh completan el grupo. A falta de tres encuentros por disputar, confía en que los afganos puedan dar un vuelco y lograr por primera vez la clasificación para la Copa Asiática de la AFC.

“No empezamos con buen pie en los clasificatorios, en el estreno ante Catar, aunque después reaccionamos y jugamos bien contra la India. En el segundo partido contra los cataríes lo hicimos bastante bien, tuvimos ocasiones de ganar, pero fallamos un penal y acabamos perdiendo 1-0”.

“El sueño siempre será representar a mi país en el Mundial, aunque si no se materializa espero poder disputar al menos la Copa Asiática en 2023. Ya he entrado en la treintena, pero quiero seguir jugando con la selección el mayor tiempo posible”, concluye.