Anotar cuatro goles en tu segundo partido con la selección, el primero como titular, puede provocar un sinfín de cosas, entre ellas cientos de mensajes de felicitación.

“No me detuve a contarlos, ¡pero admito que sigo contestándolos!”, dice riéndose a FIFA.com Amaiur Sarriegi, la atacante que logró un póker ante Islas Feroe el pasado 16 de septiembre, en el 10-0 que marcó el inicio de España en las eliminatorias para la Copa Mundial Femenina de la FIFA Australia/Nueva Zelanda 2023™.

“Los que más ilusión me hicieron fueron los de la familia y amigos, pero todos eran de alegría por mí. Todos me dijeron que me lo merecía por tanto trabajo”, agrega la joven de 20 años, quien debutó en el seleccionado en junio pasado, entrando desde la banca en un amistoso ante Bélgica para jugar apenas nueve minutos.

Puesta a elegir, esta delantera rápida y de buen manejo, que puede jugar en las tres posiciones de ataque, se queda con dos de los cuatro goles que marcó. 

“Con el primero, porque viene de un centro, estoy alejada de la portería y debo hacer un gesto técnico con todo el cuerpo y el cuello, con mucha fuerza para derrotar a la portera. Y con el cuarto, porque hago una bonita pared con Alexia (Putellas), que mete un pase muy bueno para que defina”, explica la nacida de San Sebastián.

También tiene claro que hará con el balón del partido “Debimos desinflarlo para viajar, pero cuando lo vuelva a inflar, lo haré firmar por mis compañeras e irá a parar a una vitrina a casa. Lo mismo que la camiseta, que también tendrá un lugar central en mi colección”, cuenta con una amplia sonrisa. 

De aquellas primeras pelotas que pedía como regalo para chutar a con sus hermanos, a esta que se ganó en el campo, pasaron varios años. Sin embargo, en solo 13 meses pasó de destacarse con el Athletic en la segunda división a marcar goles en la Liga Iberdrola con el Real Sociedad (28 en 15 partidos) y con la selección. 

¿Cómo convive con tantos cambios? “Todo sucedió rápido, pero el fútbol es espejo de la vida, que te puede cambiar en un año, en un mes o en un día. Logré adaptarme. Al final, es conocimiento y progresión como persona y como futbolista, hay que tomarlo con naturalidad. Y disfrutar del momento, que es muy importante”, explica con madurez para su edad. 

Su festín ante Islas Feroe no le nubla su futuro con la Furia Roja. “Estoy contenta, no metes cuatro goles todos los días, pero creo que mi rendimiento ha sido bueno. Siento más entendimiento con mis compañeras, en la última convocatoria apenas las conocía. Seguir adaptándome me ayudará a ser una mejor versión de mí en la selección”.

Tampoco acepta ciertos rótulos todavía. “¡No soy referente del equipo por hacer cuatro goles!”, aclara. Distinto es en San Sebastián. “Ahí sí ahora me reconocen, sobre todo las niñas. Para ellas quizás seamos un espejo donde mirarse, y eso siempre es positivo: ayudará a que el fútbol femenino y el nivel de los equipos y clubes crezcan”. 

Amaiur no tuvo referentes claros hasta que centró su atención en Irene Paredes. “Me gustaba su manera de liderar, de jugar y de vivir los partidos. El fútbol debe vivirse con esa pasión y energía. Compartimos la concentración anterior, y se entrena y cuida como juega. Así, es un ejemplo para mi y para todas”.

La propia Sarriegi es un ejemplo a seguir, al combinar el fútbol con sus estudios de Grado de Educación Primaria. “Lo hago en línea y puedo organizar mis tiempos. Las niñas deberían, además de jugar, encontrar algo que les guste, porque si bien el fútbol femenino está creciendo, y los niveles económicos son cada vez mejores, es probable que daban ejercer de otra cosa al dejar”. 

Este martes 21, Sarriegi y España afrontarán su segundo duelo por las eliminatorias, ante Hungría. “No hay partido fácil, hablamos de un clasificatorio para un Mundial. El otro día uno podía suponerlo más accesible, pero si no lo abres rápido, no sabes qué puede pasar. Hay que analizar cada rival a consciencia y trabajar para vencerlo”. 

Aún así, reconoce el grado de potencia que está adquiriendo su selección. “Aquí hay algunas de las mejores jugadoras del mundo, y el equipo está cada vez más cerca de la cima. Poner tu granito de arena para que España vaya escalando contra las mejores selecciones es un orgullo y un privilegio”. 

A fin de cuentas, su objetivo es estar en el próximo Mundial. “Lo que toda niña sueña cuando empieza a jugar al fútbol es verse en un estadio lleno, disfrutando de esos momentos y partidos. Representar a tu país con todo el mundo mirándote, contra rivales que son las mejores, es de las cosas que más ilusión me hacen”.