Ni bien terminó el primer tiempo, el plantel completo de Arabia Saudí se juntó en la mitad de la cancha. Estaban quedándose fuera de la Copa Mundial Sub-20 de la FIFA República de Corea 2017 con esa derrota 1-0 ante Estados Unidos y decidieron abrazarse entre todos en ronda a la vista del público. El arquero Almin Albukhari y el capitán Sami Alnaji alzaron la voz. Allí había un juramento.

"Nos juntamos y nos dijimos que debíamos jugar juntos, que debíamos pelear por seguir avanzando en el torneo", le revela a FIFA.com Abdulelah Alamri, 20 años, el héroe de la clasificación saudí a octavos de final.

A 17 minutos del final, con Estados Unidos jugando con 10 toda la segunda etapa por la expulsión de su mejor central Cameron Carter-Vickers, Alamri se elevó solo en el primer palo para cruzar un espléndido cabezazo que se clavó arriba, inalcanzable para Jonathan Klinsmann.

"Es una clase de jugada que ensayamos siempre en los entrenamientos", confiesa el 5, agradeciendo la precisión de Alnaji para tirar el córner directo a su cabeza.

Los saudíes perdieron su primer partido ante Senegal pero dejaron una muy buena imagen en la victoria ante Ecuador. En la tarde-noche de Daejeon, dejaron claro que no tendrán estrellas reconocidas pero que saben perfectamente dónde están sus fortalezas. Por algo ya igualaron su mejor actuación en 7 presentaciones. En Colombia 2011 también alcanzaron los octavos de final.

"Tenemos un gran espíritu de equipo, trabajamos muy juntos dentro de la cancha. Somos un bloque. Y trabajamos muy bien el contraataque, es la forma de juego que mejor nos sienta porque tenemos jugadores muy veloces arriba".

El trabajo previo a conciencia, con más de 10 amistosos jugados, y la mentalidad del entrenador, el joven Saad Al Shehri, están dando sus frutos. "No hay que contentarse con participar o con alcanzar la segunda fase. Vamos a inculcar a los jugadores una filosofía ganadora, y a convencerlos de que son capaces de vencer a cualquiera", decía a FIFA.com el seleccionador antes de comenzar el certamen.

Su mensaje parece llegarle a sus jugadores. "El técnico nos llena de confianza, nos hace creer en nosotros mismos", dice Alamri, sin duda en ponerlo en su lista de agradecimientos: "Le agradezco a Dios, al cuerpo técnico y médico por llegar a los octavos de final".

El miércoles será el turno de Uruguay, pero al central no se le mueve un pelo aunque sea un rival con historia. "Creo que el equipo va a estar mejor a medida que pasen los partidos. Uruguay es un muy buen equipo pero pensamos realmente que podemos ganar y llegar lejos".