Nadie habría apostado por un Ucrania - República de Corea en la final de la Copa Mundial Sub-20 de la FIFA Polonia 2019. Los ucranianos nunca habían pasado de los octavos de final, y los surcoreanos lograron una vez el 4º puesto hace ya tiempo, en 1983. No es la primera vez en la historia del certamen que invitados sorpresa se plantan en la final. FIFA.com repasa cinco casos anteriores.

Qatar, que había llegado de puntillas a Australia tras una clasificación muy sufrida, accedió a los cuartos de final con 1 victoria, 1 empate y 1 derrota. A las órdenes del brasileño Evaristo de Macedo, los qataríes firmaron después un par de gestas seguidas, eliminando a Brasil en cuartos (3-2) y a Inglaterra en ‘semis’ (2-1). El cuento de hadas concluyó bruscamente en la final contra la República Federal de Alemania (4-0), bajo una fuerte lluvia que, seguramente, benefició a la Mannschaft.

Eso no quita que los qataríes, que participaban por primera vez en la competición, impresionaron por su calidad técnica y su organización táctica. Particularmente, su portero Ahmed rubricó un campeonato excepcional.

En su cuarta participación en la competición, Japón firmó un magnífico campeonato, alcanzando la final tras dejar en la cuneta sucesivamente a Portugal, México y Uruguay. Dirigidos por el francés Philippe Troussier y guiados por su capitán Shinji Ono, los Samuráis azules desplegaron un juego fluido e inventivo hasta la final, donde acusaron el cansancio contra España (4-0). Era la segunda vez en la historia de la competición que una selección de la confederación asiática llegaba a la final, tras la sorpresa de Qatar en 1981… y hasta que llegó la tercera en esta edición.

¿Quién habría apostado por la República Checa, que llegó a Canadá 2007 por la puerta de atrás? Sin embargo, apoyándose en un bloque sólido y unos contragolpes contundentes, los checos se abrieron camino hasta la final. Allí pusieron en serios apuros a Argentina, que tuvo la última palabra (2-1) tras el empate concedido en su primer enfrentamiento en el Grupo E (0-0). Una de las mayores proezas de la aventura checa fue la eliminación de España en cuartos de final (1-1, 4-3 PEN.)

“El equipo más voluntarioso se ha adjudicado el trofeo”, exclamaba el seleccionador serbio Veljko Paunovic al término de la final ganada contra Brasil (2-1). Sin embargo, su andadura en Nueva Zelanda había empezado mal, con una derrota inicial en el Grupo D contra Uruguay. Posteriormente, la fuerza de voluntad de los serbios marcó la diferencia, con 4 victorias consecutivas tras la prórroga en la segunda fase; incluida la final, donde el gol de Nemanja Maksimovic en el minuto 118 rubricó la victoria contra Brasil, segundo país más laureado del certamen (5 títulos).

En su segunda presencia en la competición, Venezuela acarició un triunfo histórico. Los sudamericanos, que en 2009 no habían pasado de los octavos de final, deslumbraron durante la fase de grupos con 3 victorias, 10 goles a favor y 0 en contra. Posteriormente, la Vinotinto tuvo que ponerse el traje de faena, con sendas victorias en la prórroga en octavos y en cuartos de final, contra Japón (1-0) y Estados Unidos (2-1), respectivamente. En la ‘semi’ contra Uruguay, los venezolanos tuvieron que recurrir incluso a los penales (1-1, 4-3 PEN.), antes de morir batallando en la final contra Inglaterra.