miércoles 02 enero 2019, 22:22

Las razones de Países Bajos para ilusionarse con 2019

  • Países Bajos aspira a un gran año tras el bajón en 2018

  • Empieza 2019 en su posición más alta en el Ránking FIFA

  • Las holandesas ya piensan en el Mundial Femenino

En muchos sentidos, 2019 arranca como el año pasado para las Oranje Leeuwinnen. Las holandesas han iniciado enero en la 7ª posición en la Clasificación Mundial Femenina FIFA/Coca-Cola, codeándose con la élite mundial.

Sin embargo, el equipo aspira a mejorar los rendimientos de 2018. Fue un año irregular en el que la ilusión y la expectación generadas por su título europeo de 2017 pudieron irse al traste pues la clasificación para la Copa Mundial Femenina de la FIFA Francia 2019 estuvo en grave peligro.

Pese a sumar 33 goles a favor y solo 12 en contra en 12 partidos de competición oficial, 2018 estuvo marcado por dos minutos de pesadilla en el cierre de la fase de clasificación para Francia.

Al equipo le habría bastado con lograr un punto en Oslo, pero a los 6 minutos ya iba perdiendo 2-0, y no lograron la remontada contra Noruega. Más de un millón de telespectadores vieron la derrota en tierras neerlandesas; una señal del rápido crecimiento que ha experimentado el fútbol femenino en el país.

Pero Sarina Wiegman, ganadora y finalista en las dos últimas ediciones del premio The Best al Entrenador de la FIFA de Fútbol Femenino, ha armado un equipo que es capaz de mantenerse firme.

Con dos triunfos seguidos por 4-1 en los duelos a doble partido contra Dinamarca –en una reedición de la final de la Eurocopa Femenina– y Suiza, las holandesas obtuvieron in extremis su billete para Francia.

"Que empiece la fiesta"

Los partidos de clasificación de Países Bajos en 2018

  • Ganó por 7-0 y 0-5 contra Irlanda del Norte

  • Ganó por 0-2 a la República de Irlanda

  • Ganó por 1-0 a Eslovaquia

  • Perdió por 2-1 contra Noruega

  • Ganó por 2-0 y 1-2 contra Dinamarca

  • Ganó por 3-0 y empató 1-1 contra Suiza

Wiegman considera que Países Bajos se sentirá “como en casa” en el Mundial, y los analistas se frotan las manos anticipadamente. Vera Pauw dirigió desde el banquillo a las Leonas Naranjas durante seis años, pero el Mundial Femenino y las plazas nobles del fútbol femenino –pese a haber acariciado la final de la Eurocopa 2009– siempre estuvieron fuera de su alcance, y cree que las generaciones “no son comparables” teniendo en cuenta la calidad que abunda hoy.

Actualmente, Pauw es una seguidora ilusionada más, lista para la segunda presencia mundialista seguida del equipo tras su debut en 2015. “Espero que Países Bajos tenga mucho éxito en el Mundial”, afirma, situando a las Oranje entre las favoritas en la fase final.

El equipo quedó encuadrado en un Grupo E junto a Canadá, Camerún y Nueva Zelanda; y una de sus figuras más veteranas ve con optimismo cómo se están desarrollando las cosas.

“Hemos dado algunos pasos muy importantes en los dos últimos años; hemos demostrado que somos una selección puntera”, observa Anouk Dekker. En efecto, Países Bajos –cuyo tope sigue siendo el 7º puesto– no había logrado meterse entre las diez primeras de la clasificación femenina antes de 2017.

Aunque el talento individual abunda –tres jugadoras marcaron cinco o más goles en la fase de clasificación, mientras que ninguna otra selección europea tuvo a más de dos mujeres que alcanzasen esa cifra–, lo que más inspira a la centrocampista del Montpellier es el colectivo.

“En algunos países ves a jugadoras con muchas cualidades individuales, pero no forman un equipo. Nosotras sí; podemos contar de veras con las demás. Todo será posible [en el Mundial]”.

Sherida Spitse, que se encuentra a solo tres internacionalidades del récord holandés de 156, coincide con su compañera, y piensa que el respeto mutuo ha creado una armonía que será fundamental para triunfar en Francia: “Al generar una confianza recíproca y en nosotras mismas hemos creado tranquilidad. Sabemos lo que somos capaces de hacer”.

Tras el tremendo éxito obtenido hace dos años en suelo patrio, Países Bajos podría tener incluso la oportunidad de recrear el mismo ambiente fervoroso que la hizo florecer tan espectacularmente. “La Eurocopa desató muchas pasiones y necesitamos ese apoyo ahora; sin los aficionados no podemos conseguirlo”, explica Shanice van de Sanden.

Todo perfecto entonces, pues Valenciennes, Reims y Le Havre no se encuentran a más de seis horas en coche de la frontera holandesa –poco más de dos en el caso de Valenciennes, donde se jugará el choque contra Camerún–. “Las ciudades son perfectas para volver a vivir un verano Oranje”, resalta Van de Sanden.

En Francia, el equipo no tendrá la oportunidad de reponerse de un traspié como el sufrido en Oslo. Pero el haber superado ese susto, tal vez dé a las Leonas toda la fuerza necesaria para rugir el día de la final en Lyon.